Todo y que teníamos intención de comer en el restaurante de Gavin: «Mesón casa Diego», en el cual habíamos estado otras veces y servían una carne excelente, no pudo ser por estar cerrado por defunción de familiar.
En sustitución y dado que sabíamos que llegaríamos cansados de la excursión, decidimos cenar en el mismo Camping. Inicialmente, imaginamos que sería una cena muy de batalla pero la sorpresa fue grata. Comimos unos chuletones a la plancha o, en mi caso, unas carrileras con una salsa excelente extraordinarias. El precio también fue muy ajustado, no llegando a 28 € con postres y vino Somontano exquisito.
En fin, un restaurante no catalogado pero muy aceptable. No obstante será interesante ver si, en otra ocasión, la cocina es regentada por la misma gente, puesto que parece ser que es una concesión y según quien este las críticas son muy buenas o muy malas. En nuestro caso, la cocinera y el maitre eran, curiosamente, de origen árabe (desconocemos si marroquies, argelinos, tunecinosm etc..)
